“La terrible alianza entre el FBI y Whitey Bulger, uno de los gángsters más conocidos en la historia de EEUU”. Esa es la síntesis de presentación de “Pacto criminal”, que se estrena hoy en la Argentina, que figura en la portada de su página de Internet.
La película está basada en un hecho real, ambientado en Boston en la década del 70. El agente John Connolly convenció al mafioso irlandés Bulger de colaborar con el FBI para eliminar a un enemigo en común: la mafia italiana. El acuerdo fue transformarse en informante de la agencia a cambio de impunidad absoluta para su grupo, que no podrían ser perseguidos por ningún delito que cometieran. La alianza se salió de control rápidamente y el criminal consolidó su poder, creció en su dominio territorial sin limitaciones y se convirtió en uno de los más despiadados y peligrosos en la historia de ese lugar.
Como cabeza de la banda Winter Hill, fue el responsable de decenas de crímenes en la zona norte de la ciudad donde nació, un territorio disputado con los italianos y con la mirada de las autoridades puesta en otro lado. La violencia se generalizó tanto que el puente sobre el río Nepontset fue llamado el cementerio de Bulger.
El nombre real del mafioso es James Joseph Bulger (hijo), pero era llamado por su apodo Whitey (blanquito o blancucho), impuesto por la Policía. Hermano mayor del senador William Michael Bulger, llegó a ser el hombre más buscado por el FBI tras romper su acuerdo, después de Osama Bin Laden. Prófugo durante 16 años, lo detuvieron en 2011. El mafioso niega haber sido un soplón, sino que dice que sólo sobornada al FBI para que lo dejaran trabajar ilícitamente. Hoy tiene 86 años, y purga dos condenas a cadena perpetua en una cárcel de Florida. Es el protagonista de varios libros biográficos y documentales (su vida inspiró al mafioso central de “Los infiltrados”, de Martin Scorsese), antes de llegar a esta ficción.
El paso de la película en el Festival de Venecia fue halagüeño, al punto que se menciona a su protagonista, Johnny Depp, como un posible candidato al Oscar como actor, el que sería el primero de su larga, exitosa y popular carrera. Dejó las comedias y se adentró en un personaje oscuro y retorcido, con una transformación física notable y una línea interior que proyecta el ser de un hombre temible en una estructura de tres grandes tramos de su existencia, diseñada por el director: un inicio en 1975, cuando se transforma en informante del FBI; seis años después, como el patrón sin rivales de Boston, y a mediados de los 80, cuando comienza su lenta caída a partir de que la Justicia comienza a investigar su red de protección.
“Siempre tienes una alternativa. ¡Sólo has tomado la incorrecta!”, se advierte en el sitio del filme. Una definición en la cual se va la vida del que eligió.